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Poncho la mascota antartica |
Poncho: El perro
polar.
En el año 1962 los integrantes de la "Primera Expedición Invernal Antártica", tuvieron la oportunidad de estar en estrecho contacto con el medio natural. Por medio de uno de los integrantes de la expedición, el Teniente Oscar Sosa, Jefe del Grupo de Avanzada, llega a nosotros la historia de una gesta llevada a cabo por la combinación lograda entre Hombres, Perros y Máquinas.
Las expediciones llevadas a cabo dentro del "Sector Antártico Argentino" en las décadas del ´60 y ´70 abarcaron grandes extensiones y pusieron a prueba la resistencia y pericia de todos los integrantes.
El objetivo de la Primera Expedición Invernal Antártica fue unir por tierra, durante el invierno, las bases Argentinas Esperanza, Matienzo y San Martín. Durante la travesía se realizaron pruebas y experiencias de campo para poner a prueba las máquinas y asimismo realizar variadas observaciones científicas. La travesía cubrió unos 2.000 kilómetros y se llevó a cabo entre junio y octubre de 1962.
Poncho, nuestro protagonista, fue un perro antártico que llegó a ser famoso por su fuerza, inteligencia, seguridad y lealtad para con su amo.
Poncho nació en la Base Esperanza del Ejército Argentino el 10 de abril de 1961. Sus padres fueron Coca y Flecha, ambos descendientes de ejemplares de la raza Siberian Husky.
Dado que de cada
perro polar se llevaba una ficha en la que figuraban todos sus
antecedentes, padres, hermanos, trabajos realizados, accidentes
sufridos, respuesta a las tareas; siempre se tenía muy en cuenta el
origen de los padres y hermanos. Evitando de esta manera que hubiera
consanguinidad. Los primeros perros polares Argentinos fueron
adquiridos por el Coronel Pujato en Groenlandia.
A los seis meses Poncho comenzó a conocer el duro trabajo de tirar
trineos sobre la helada superficie del Continente Blanco. Su primer
instructor fue el teniente Oscar Sosa.
A los cachorros polares se les colocan nombres que casi siempre coinciden con alguna característica del animal o con algún nombre que es apreciado por las personas que están en contacto con ellos. Ya de cachorros empiezan a mostrar sus condiciones y es interesante observar que en un grupo de estos (cuando son pequeños y andan libres) siempre hay alguno que marcha adelante marcando el paso. Este perro posiblemente sea un futuro líder.
Sin duda Poncho lo
era y además los antecedentes de sus padres eran inmejorables. No habían
sido guías pero habían trabajado mucho, poseían fuerza y velocidad.
Durante las exploraciones de ese período Poncho empieza a trabajar y
comienzan a prepararlo para guía para la campaña de Esperanza a la
base San Martín.
Durante dicha campaña comienzan a tenerlo en cuenta para guía y a atarlo adelante del resto de los perros; los guías anteriores eran el Gaucho y el Reno, que no conocían voces de mando y era necesario que un hombre marchara adelante llevando el rumbo con la brújula.
La primera vez que lo ataron como guía intentó volverse hacia el puesto anterior, pero después de dos o tres intentos se hizo cargo de la jauría y a partir de ese momento nunca más dejó el puesto. En un comienzo para girar a la derecha, Poncho, respondía a la orden "dré". Para girar a la izquierda repondía a la palabra "izquier". Sin embargo luego de lo sugerido por el inglés Mike Smith, personal de la base Inglesa Trinity House, comenzaron a practicar con las ordenes utilizadas por los esquimales. Ellas eran: derecha "auk"; izquierda "grrrr".
Tan pronto como comenzaron las prácticas Poncho respondió en forma excelente. A la semana ya entendía perfectamente. Como entrenamiento sacaban a Poncho en dirección al mareógrafo de la base que tiene un recorrido con postes separados unos 20 metros entre ellos y se entretenían sorteándolos. Luego, a modo de premio pasaban por un depósito de víveres en busca de algún aperitivo.
Durante 1963, Poncho
se perfecciona como guía y realizó varias salidas con trineos sobre
el mar congelado y sobre el continente. En este tipo de expediciones
un trineo lleva unos 400 Kg. y son 9 los animales que lo tiran sobre
la nieve blanda, hielo que lastima sus patas, viento y frío que
suelen superar los 40 grados centígrados bajo cero.
En 1964, al cuidado del mayor Gustavo Giro Tapper, Poncho, recorrió
en diversas expediciones más de 500 kilómetros.
A fines de ese año le cupo intervenir en la "Primera Expedición Terrestre Argentina al Polo Sur". Para ello, en diciembre fue embarcado en el rompehielos "General San Martín" rumbo a la base General Belgrano I, el más austral de los asentamientos argentinos en la Antártida.
Poncho volvió a
tirar de su trineo como guía, acompañando a los modernos tractores
con orugas. Cuando la técnica parecía sobreponerse a los
tradicionales medios de transporte en las zonas polares, ocurrió un
episodio que dio a Poncho la oportunidad de cumplir una de sus hazañas.
En la próxima entrega conoceremos en detalle algunas de las hazañas
del heróico perro, llamado Poncho.
Sr. Oscar Sosa http://www.neunet.com.ar/usuarios/orsosa/index.html
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